sábado, 15 de mayo de 2010

Una realidad hecha sueño.

Aquí estoy, cómo niño asustado bajo las sábanas de mi cama, con una noche lluviosa. Sí aquí estoy, recordando aquellas palabras que me llevaron a conocerte, a sentirte cada vez más cerca;  tan sólo aquellas pequeñas palabras que nos hicieron tener una amistad, que pronto se convertirían en algo más especial. Está noche no sólo me acompaña el recuerdo de esas cuantas palabras, hoy está conmigo tú esencia, tú música, mi música.

Exaltado salí de mi cama, nerviosismo, pánico me trajeron a escribir estas cuantas líneas que quiero que leas y que te des cuenta que a pesar de el gran error que cometí, lo quiero recompensar y quizá no basta el hecho de pedir disculpas, pero sí el gran sentimiento con el cual las escribo para que por la mañana puedas echar un vistazo a todo lo que en una lluviosa noche me ha hecho sentir y no pensar lo que significas para mí.

Me retiro, pensando y sintiéndote cerca, como aquella vez te prometí, las gotas a lo lejos se escuchan y se confunden con el latido de mi corazón, no sé que pasa la lluvia aumenta, mi corazón acelera los latidos, sé que estás ahí, te puedo tocar y ver que eres la persona que siempre espere para mí, caigo lentamente envuelto entre mis sabanas trato de abrir los ojos, la luz del sol me ciega, respiro profundo y por fin logro entender que ese sueño lo volvería a repetir una y otra vez hasta compartirlo contigo el resto de la vida junto a ti. 

C.E.

2010_0301Nuevas0024