sábado, 19 de febrero de 2011

La despedida

Todo comenzó al salir de la clase, salía alrededor de las 6:30 pm, en el transcurso acompañé a Lolita al pumabus, me despedí y caminé hacía la biblioteca, baje las escaleras y busqué un lugar en la banca que está justo enfrente de la estación de las bicicletas de la facultad, observaba a mi alrededor y no aparecías, por un momento pensé que me dejarías plantado, mientras seguía volteando para ver si aparecías, mi celular empezó a vibrar y al ver la pantalla, eras tú, decías que estabas por llegar, te dije que te veía en la escultura de Arquitectura, esperé un rato, estaba un poco desesperado, 7:19 y nuevamente una llamada tuya preguntabas en dónde estaba, a lo que respondí justo enfrente de ti.

Al acercarte pensaba; no trae la ropa que me dijo, bueno excepto tu chamarra negra o azul marino con el escudo de los pumas, te estreché la mano y ese contacto me erizo por dentro, sentí algo raro, te sentaste a mi lado, platicamos de tantas cosas, música, escuela, ciertas cosas que me dejaron hipnotizado por la inteligencia que tienes, eso jamás lo negaré, el sólo hecho de estar junto a ti me hizo sentirme bien, la risa que me provocaban tus comentarios, “las críticas”, las aventuras, el cantar juntos al decir bromeando que escuchábamos la hora de Luis Miguel y empezaste a cantar “Por debajo de la mesa” y me reía sin parar, o tal vez cuando cantamos “Sorry” de Madonna o mejor aún “Like a virgin”, ese episodio siempre lo tendré en cuenta, la manera en que me mirabas… Por dentro tenía muchas ganas de acercarme y besarte, me detuve, sé que no era el momento, la paleta que me diste quitó ese deseo, tus ganas de ir al baño hizo que recorriéramos el trayecto hasta la biblioteca, ahí esperé afuera, tenía una sonrisa enorme y en verdad creía que era lo que yo podría buscar o querer de alguien, saliste y tomamos el rumbo hacia los campos de futbol americano.

2011_0216Nuevas0002En el trayecto seguíamos platicando, recuerdo que decías no reconocer ese largo pasillo, mientras recordabas que tal vez con tus paseos por bicicleta sabías más o menos por dónde era sobre todo al cruzar la rampa que hizo bromeáramos y nos empujáramos como dos niños jugando en un parque. Me preguntabas si me gustaban las caricaturas, sólo te dije que algunas, pasó un perro y te quedaste como peque viéndolo y diciendo que te gustan los perros pero que jamás has tenido uno, porque tus padres no lo permiten… seguías con lo de las caricaturas y dijiste que si me gustaba Bob Esponja y dije que más o menos y tú lo negaste, pero cantaste la canción y yo te seguí “Si ves una piña debajo del mar… Bob esponja” y así sucesivamente mientras caminábamos por ese largo pasillo y casi sin gente.

Caminamos muy lento, creo que los dos nos sentíamos bien, seguías recordando ese pasillo y decías que si ya2011_0216Nuevas0004 recordabas que parte era y que un día ibas a derrapar con la bicicleta y que por poco chocas con la gente pero recuperaste el control, tratabas de enseñarme en dónde había sido, primero señalaste un callejón sin salida, pero los dos al ver dijimos que no, más adelante justo ahí donde pasa toda la gente era el lugar indicado y me reía de ti o contigo, tal vez las dos cosas, tus gestos eran tan agradables que si hubiera podido sacar fotos serían parte de mis favoritas.

En fin seguíamos pensando hacia dónde ir, te tomé de la mano y te dije vamos a sentarnos en esas banquitas, si esas que están frente al campo de tenis y escogimos una con menos luz que las demás, me senté primero con el 2011_0216Nuevas0008afán de que siguieras la misma postura ponerte frente a mi y así fue como paso, tu mochila azul de Fila te protegía, no la soltabas, sin lugar a duda señal de miedo y de cubrir algo que era muy tuyo. Platicábamos de algunos planes personales y tu preguntabas que era lo que había en unas puertas justo enfrente de ellas, también me interrogaste sobre si me gustaba algún deporte, también tocamos el punto de las rocas, sobre como había sido su formación y sus clases, no te respondí, no porque no supiera, te lo dije pero no era el punto de que estuviéramos frente a frente, decías que sabías muchas cosas y de todo, y bromeando y a modo de prueba te hice preguntas estúpidas que la mayoría podría contestar acerca de tenis, pero tus respuestas fueron tan precisas y con choro que me agrado bastante, sobre todo aquella cuando te dije cuántos cuadros tiene una red y te pusiste a hacer los cálculos, hasta que te dije ya ya basta, sé que sabes mucho, pero ya basta.

Empezaste a ver las estrellas, pero como te dije que ya basta no decías nada y yo te miraba, me gustaban tus expresiones, tus ojos me encantaron, tu cabello, tus mejillas y tus labios me seguían pidiendo que te diera un beso; por fin me respondiste algo y los dos vimos las estrellas y 2011_0216Nuevas0009buscábamos la más grande y de más brillo entre los árboles tratamos de encontrarla, te empecé a tocar las piernas, me gustaron, tu no hacías nada, te quedabas quieto hasta que descubrí que sentías cosquillas y te molesté con ello, te tocaba la pancita y decías no sentir nada, decías que podías controlarlo, y si lo aparentabas muy bien, hiciste lo mismo conmigo pero no lo conseguiste, no sentía nada, pero yo no me quedaría con eso de que no sientes nada, todos tenemos un punto débil, recuerdo que me paré de la banca, que por cierto era la última de la fila, si la recuerdo tan bien, pero me paré y salté al escalón que estaba por ahí, miré a mi alrededor y sin más nada toqué tus hombros y sentiste cosquillas, te daba un ligero masaje y te pusiste tenso, me acerqué a tu cuello y temblabas tanto cuando mi respiración estaba tan cerca, temblabas mucho que me reía de ti, encontré el punto débil, y no me puedes decir que no sentías nada, claro si lo pudieras decir… te besé el cuello, por un momento te deje en paz, me volví a sentar y fue cuando te mire a los ojos nos acercamos pusimos frente con frente, jugamos con nuestras narices y finalmente ese beso, el primer beso, puedo pensar que sería diferente pero 2011_0216Nuevas0010me gustó fue tan suave y ligero, nos reímos y sólo nos quedamos contemplando nuestras miradas. Mi respiración en tu cuello y mis besos provocaron en ti otra sensación en tu cuerpo, algo por lo cual me reí, me acerqué y lo comprobé, no sentiste nada más que sensibilidad y aún recuerdo tu pequeño movimiento hacia atrás de lo “placentero” que fue el que lo comprobará.

Me había encantado tanto esa peculiar forma en que temblabas que decidí volver a hacerlo, te besé en el cuello y fue tan genial, ver como temblabas, sentirlo tan cerca, estabas tan tenso me senté atrás de ti y te dije relájate no pasa nada, no me hiciste caso y a la segunda vez recargaste todo tu peso sobre mi que casi nos caemos, reímos los dos como desquiciados pero por fin lo hiciste, te relajaste, te recargaste en mí y así abrazados nos quedamos por un buen rato, no nos percatamos de la hora, pero seguramente ya era tarde, las 9:45 marcaba el reloj, era hora de irnos2011_0216Nuevas0012, pero algo entre los dos no quería, en fin tomamos nuestras cosas y me preguntaste que hacia dónde iba y te dije que al metrobus y tú decías que al metro, pero dijiste que para que no me fuera solo te irías conmigo y así fue, caminamos por el largo pasillo y mi pregunta fue si te volvería a ver, primero dijiste que te dejará pensar, a los 5 segundos volteaste y me dijiste que si, y fue cuando nuestro labios se juntaron nuevamente y de ello no hay más testigo que sólo dos árboles, grandes y fuertes, cómplices de nuestra pequeña gran travesura.

Caminamos igual de lento o más que antes, pasamos por ese empedrado y decías que había gente ahí pero yo no veía nada y mientras nos acercamos no había nadie lo confundiste con un árbol, seguimos caminando mientras reíamos de nuestra ceguera, pero antes de salir a la luz, sólo quedaba un tercer lugar y te dije mira ahí hay algo, pero no había nada sólo era para q2011_0216Nuevas0014ue te detuvieras y no caminaras, te tomé de la mano te acercaste y fue el tercer y último beso que nos dimos, no tan suave, no tan ligero, pero si con deseo de seguirlo haciendo, nuestro testigo en esta ocasión fue una escalera, esa que siempre había llamado mi atención y que hasta ahora cobró un significado, no sé si especial pero por lo menos tiene un significado, después de todo nada perdía por lo que me habías dicho anteriormente.

Caminamos y te tomé de la mano así fue como caminamos hasta llegar al estacionamiento de aquella facultad, nos detuvimos y te dije, si quieres caminamos más rápido y no te dije dos veces intentaste correr, pero te seguía los pasos mientras me reía, era una actitud tan infantil, tan padre, algo que hace mucho no experimentaba y nos emparejamos y antes de cruzar la avenida te marcaron el alto y ya no pudiste seguir con el juego, en fin nos detuvimos no cruzamos ni una sola palabra en todo el camino pero fue padre.

Mientras seguíamos caminando por ese largo espiral del metrobus seguías jugando me pusiste el pie para que tropezará, reíamos y la gente se nos quedaba viendo, cosa que no nos importó, mientras seguíamos por ese espiral te aventé y obvio sabía que buscarías la venganza, y así fue hasta que me estampé co2011_0216Nuevas0022n el barandal, me reí y te dije: ¡Hijo de tu ma….! jaja y creo que sólo así dejaste de molestar, entramos al metrobus sin prisa y mientras esperábamos te pusiste frente a mi, me mirabas de una forma peculiar, me tratabas de decir algo, pasó el primer bus y no pudimos subir, seguíamos platicando no recuerdo de que, pero algo me decías y sólo me limitaba a contestarte, no tenía más palabras creía que eras la persona con la que pasaría un buen tiempo, nos asomábamos para ver si venía el bus y lo último que vi junto a ti fueron un montón de coches, lo último que vimos aquella noche muy cerca del lugar dónde pasamos estás maravillosas cosas. Abordamos el bus por fin y platicamos de lo que haríamos el día de mañana, me decías que nos veríamos en msn, llegó el momento de que te bajarás del bus y me diste la mano para despedirme, cosa que no hice diciéndote que si te vería de nuevo no me despediría de ti.

2011_0216Nuevas0024Llegué a casa, más tarde entré a msn y no estabas te llamé y ya dormías, pero me dijiste que habías pasado una gran noche, reí y contesté que lo había sido para mi. Dos días después me dices por mensaje que mis besos no provocaron esa química y me pongo a pensar sino fuera así ¿por qué temblabas, me diste la mano, sonreíste, me mirabas a los ojos y me dijiste que si nos veríamos de nuevo? Después de eso, no te busqué, hasta el día que me llamaste, supongo querías que nos viéramos pero no me di cuenta de esa llamada, hasta que te llamé y dijiste que nos viéramos al día siguiente, acercándose la hora dices que siempre no y ¿sabes que? supe que ese momento era la despedida, que todo quedaría ahí y que jamás te volveré a ver o tal vez si, si es así no sé cual será mi reacción pero por lo pronto hoy te digo adiós y la despedida que no te di aquella vez hoy la cierro con estás líneas, buena suerte ojos bonitos, tal vez no era el momento pero te deseo lo mejor.

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Canción del día: